viernes, 30 de enero de 2015

Pipiri´s Nice

No te vayas a olvidar que si quieres vender algo (incluso tu alma o tu cuerpo), la mercadería entra siempre por los ojos. A excepción tuya, que entraste por nuestra puerta de la mano de una chica universitaria complicada a la casa más alborotada. Sin sospechar, seguramente, que te tardaría mucho tiempo en encontrar el modo de escapar de esos locos, que luego se convirtieron en tu familia. Aquí llegaste como amiga, te fuiste como hermana.  

También recuerda que el dinero, es preferible conservarlo en un capacho. Como el capacho inmenso que un día dejaste y todavía conservamos con una sonrisa al recordar el por qué de su tamaño. Tal vez no lo sabes, pero es la proporción de esa caja lo que explica tu generosa voluntad. Delante de muchos de nosotros, tu siempre diste más. Ese sacrificio extra que te convierte en una mujer digna de admirar. Extiendes tus dominios como buena hija del inca. No te quedas en un solo lugar.

Si por alguna razón se torna oscuro este nuevo camino que trazas bajo otro cielo, acuérdate que hubo quienes vivieron y estudiaron bajo la luz de la luna y te contaron cien veces la misma historia y que cada vez la escuchaste con la misma atención. Entonces sonreirás y te darán mil veces las ganas de continuar. Hay personas como tú que aprenden las lecciones de una sola vez. Otros como yo comprendemos el mensaje, pero nos cuesta un poco más. Como cuesta dejar ir a un familiar. 

Lleva todos los días y a todas partes tú cartón de "Vendedora Estrella Vitalicia". Es la mejor recomendación que te podemos dar. No le quites el "Paucar"; es la mejor contribución de tu Jefecito, que todavía reniega con cada postulante nueva ahora que no estás. En realidad, con toda inútil que no puede reemplazar tu lugar. Ya sabes como es el viejo. Tú también entiendes la filosofía de Papá. 

Vuelve cuando te hagan falta los consejos de una Tía, o la risa de un Sol. Los hijos de la flaca o un buen vaso de naranja mareña con alcohol. Para reírnos eternamente del gas fétido frente al monitor. Ven o iremos para no perdernos la nueva vida de Nicolás. Y para hablar tendido en esas interminables sobremesas que eran de nunca acabar. 

Pero sobretodo, vuelve de vez en cuando para que no te vayas a olvidar que esta casa que viste caer y levantarse, también es tu hogar. Sólo que aquí ya nunca serás Dina, para nosotros siempre serás la "Pipiri´s Nice". Pipi, para los que te queremos de verdad.  

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